El gobierno provincial financiaba con recursos propios a las empresas de media distancia, ante la falta de subsidios nacionales. La tarifa mínima se mantenía en $1100 desde junio.
El secretario de Transporte Pablo Giachino explicó que las tarifas registraban un aumento del 5% promedio, aunque el boleto mínimo seguía en $1100, sin cambios desde junio. Indicó que los ajustes respondían al incremento del combustible, que en agosto había subido cuatro veces consecutivas entre un 6 y 8%, y al impacto del dólar sobre insumos y repuestos.
Según el funcionario, las compañías del interior ya no recibían aportes de la Nación, que concentraba los subsidios únicamente en el AMBA. Mientras los usuarios continuaban accediendo al beneficio de la SUBE, los operadores percibían “cero” fondos nacionales. Ante esta situación, la Provincia destinaba alrededor de $360 millones mensuales para sostener el sistema, con actualizaciones sujetas a la disponibilidad presupuestaria.
Giachino aclaró que la llamada “emergencia del transporte” de 2016 había dejado de reflejar una crisis, aunque la ley seguía vigente. Señaló que el esquema actual funcionaba como un sistema de protección que regulaba la antigüedad de las unidades y limitaba el ingreso de nuevos operadores. Pese a ello, reconocía que el escenario seguía siendo complejo y que el esfuerzo provincial resultaba clave para garantizar la movilidad de los usuarios del interior.
