Ivone Rivera, titular de la Fundación Tinkunakama, organización que brinda acompañamiento a niños y adolescentes con enfermedades oncológicas, expresó su rechazo a la determinación adoptada por el gobierno nacional y alertó sobre el impacto que generará en las familias afectadas.
La reciente decisión de disolver el Instituto Nacional del Cáncer, comunicada por autoridades nacionales, despertó profunda preocupación en múltiples entidades sociales y del ámbito sanitario en todo el país. En Jujuy, la Fundación Tinkunakama manifestó su firme oposición a la medida, remarcando las posibles consecuencias negativas para la población que asiste.
“Estamos muy decepcionados. Este tipo de decisiones representa un retroceso en materia de salud. Se están cerrando espacios que costaron años de esfuerzo y construcción”, sostuvo Rivera en declaraciones a medios locales.
La presidenta de la fundación explicó que el Instituto desempeñaba un papel fundamental en la coordinación de políticas sanitarias, el relevamiento de información sobre pacientes con cáncer y la implementación de normativas como la Ley de Cáncer Infantil. “Todos los centros de salud estaban obligados a informar sobre diagnósticos, evolución de tratamientos y provisión de medicamentos. Era una referencia técnica y política clave”, señaló.
Si bien la medida ya fue oficializada y el Ejecutivo anunció que sus funciones serán absorbidas por una agencia más amplia que incluirá otras patologías, desde la Fundación advirtieron que se trata de una decisión riesgosa. “Pretenden crear un organismo que abarque todo tipo de enfermedades, pero si con una institución especializada ya era complejo, imaginemos lo que implicará funcionar dentro de una estructura burocrática generalizada”, remarcó Rivera.
También expresó inquietud por la falta de información sobre el destino de los equipos técnicos y los programas existentes. “No hay certezas sobre cómo se reestructurarán los equipos ni qué ocurrirá con los proyectos que estaban activos. Hasta ahora solo hemos presenciado amenazas de despidos, escasez de medicamentos y recortes presupuestarios. No hay señales de mejora”, advirtió.
Finalmente, criticó la falta de voluntad política para proteger el sistema sanitario. “Lo vimos en el caso del Hospital Garrahan, y ahora con esta medida. Da la sensación de que a este gobierno no le importa el cáncer infantil ni la vida de quienes más lo necesitan”, concluyó.